lunes, 13 de noviembre de 2017

La prostitución en Alemania. Esclavas sexuales

La prostitución ha sido siempre legal en Alemania, excepto durante un corto período de tiempo a principios del siglo XX. [1]
Alemania aprobó una ley en 2002 que pretendía convertir la prostitución en un trabajo como otro cualquiera. Los políticos pensaron que el problema no era la prostitución en sí misma sino la discriminación que sufrían las mujeres prostitutas por parte de la sociedad y la falta de derechos que tenían.
Considerando el problema desde esta perspectiva, quisieron fortalecer a las mujeres tanto como fuera posible. Estipularon que la prostitución no debía ser vista más como algo “en contra de la buena moral” sino como un trabajo. Desde ese momento, las mujeres fueron consideradas trabajadoras; “trabajadoras del sexo”. Y al ser trabajadoras, debían tener los mismos derechos que cualquier otro trabajador que tiene su propio negocio o que es contratado en alguna empresa; como tener seguridad social o la posibilidad de emprender acciones legales si sus derechos no son respetados.
El estado no quiso imponer ninguna regulación a las prácticas sexuales, argumentando que nadie puede estipular cómo se deben mantener relaciones sexuales.
Al ser un negocio, también está permitido hacer publicidad, así que la ley eliminó las restricciones a la promoción de la prostitución.
Se prohibió el proxenetismo.
15 años después de aprobar la ley, estos son los resultados:
Estamos ante la industrialización de la prostitución:
El beneficio total es de 14.6 billones de euros con 3500 burdeles registrados [2]. Estos son los números oficiales. Hay muchos burdeles en apartamentos que no están registrados oficialmente y por tanto no se reflejan en estas cifras.
La creación de mega-burdeles con capacidad para acomodar a 1000 (e incluso más) compradores de sexo a la vez [3].
El crecimiento de la demanda: Hace 15 años se estimaba que había 400.000 mujeres en la prostitución. Hoy muchos oficiales de policía dicen que el número se ha incrementado en al menos un 30%
Ya no es necesario ir a Tailandia en busca de turismo sexual, se pueden ver turistas de todo el mundo llegando en grupos a Alemania —Son trasladados en autobuses desde el aeropuerto de Fráncfort directamente a los mega-burdeles.
“Nuevas chicas en el burdel Caligula en Berlín. Oferta de ‘Sexo absolutamente salvaje’: 20min = 20€”
Tenemos Burdeles con “tarifa plana”: por 70€ se ofrece a los clientes una cerveza, una salchicha y mujeres ilimitadas.
Una cadena de estos burdeles con tarifa plana llamada “Pussy Club” llegó a los titulares de los periódicos cuando, en su inauguración en Junio de 2009, 1.700 hombres hicieron cola para acceder al lugar. Las largas colas en las puertas de las habitaciones de las prostitutas se prolongaron hasta la hora del cierre, con muchas de ellas desmayadas de cansancio, dolor, heridas e infecciones, incluyendo dolorosos sarpullidos e infecciones de hongos que se extendían por sus piernas desde sus genitales [4].
También se observa una reducción en la cantidad media que se les paga a las mujeres prostitutas: 30€ por coito. Mientras, ellas tienen que pagar 160€ por una habitación y 25€ de impuestos al día. Es decir, tienen que prestar servicio a 6 hombres antes de empezar a ganar dinero. En las calles esta tarifa media se reduce hasta empezar desde los 5 euros.
A su vez, las condiciones de trabajo han devenido en desastrosas.
Se han creado las “Verrichtungsboxen”, que quiere decir “cosas que se hacen en una caseta”, y son como las casetas del ganado, sin agua, lavabos ni nada por el estilo.
O burdeles en garajes:
Estamos viendo una banalización de la prostitución:
-Hay publicidad en todas partes, incluso la guía turística oficial de Múnich ofrece promociones en distintos burdeles.
-Se reclutan mujeres en la calle para trabajar de “acompañantes femeninas”.
-Es común que la gente joven celebre su graduación en un burdel.
-Se ofrece un tour guiado por los burdeles de la ciudad de Berlín a los estudiantes recién llegados.
Esta imagen se tomó hace dos semanas en Fráncfort. Es un evento de puertas abiertas en el barrio rojo. Incluso siendo de sobra sabido que el barrio rojo es dominio de los Ángeles del Infierno, una conocida organización criminal, la gente de la ciudad se desplazó hasta allí para disfrutar del evento [5].
La violencia contra las mujeres se ha convertido en violencia estructural, lo que significa que la sociedad y las instituciones (políticas, educativas o judiciales) han dejado de cuestionarla. Está internalizada.
Esta imagen la tomé en mi ciudad, también hace dos semanas. Es una tienda de ropa convencional, cuyos dueños han tenido la idea de publicitarla de esta manera. La prostitución afecta a todo el mundo, no sólo a las mujeres que la ejercen.
El objetivo de la ley, que supuestamente está protegiendo y apoyando a las mujeres prostitutas, ha fracasado estrepitosamente — de estas 400.000 mujeres, sólo 44 están registradas como autónomas [6].
Más de la mitad de las prostitutas trabajan de manera ilegal, lo que quiere decir que no tienen ni derechos sociales, ni seguridad social ni por tanto acceso a los servicios médicos alemanes. Así que si tienen la gripe, no tienen la posibilidad de ir al médico. Hay un grave problema con las mujeres embarazadas que no pueden permitirse pagar un aborto o un parto en un hospital y muy a menudo lo que hacen es abandonar a sus bebés [7].
Los propios inspectores de policía expresan la impotencia que sienten. Manfred Paulus, un inspector criminalista que ha trabajado muchos años en el campo de la prostitución, dice que con esta ley, Alemania se ha convertido en una especie de Eldorado para los traficantes de personas, los proxenetas y los propietarios de burdeles. [8] Las mujeres que vienen del extranjero y trabajan en el barrio rojo no llegan a conocer la Alemania que los alemanes conocen y aprecian, no. Son prisioneras de una sociedad paralela que es altamente criminal [9].
Estas mujeres viven en un miedo constante: miedo a los clientes violentos, miedo a no ganar lo suficiente para pagar los gastos fijos diarios, miedo a ponerse enfermas, miedo a quedarse embarazadas, miedo a la policía, miedo a los chulos, miedo a los proxenetas, miedo a la competencia…
La ley de 2002 no ha ayudado en absoluto a prevenir el tráfico de mujeres:
En 2000 hubo 151 personas condenadas por tráfico de personas; en 2011 sólo 32.
La policía registró 636 casos de mujeres traficadas en 2011, 3 veces menos que 10 años antes. 13 de ellas eran niñas menores de 14 años y 77 eran niñas menores de 18 [10].
La policía se queja del poco poder que tienen para intervenir, porque sin pruebas fehacientes no pueden entrar en los burdeles. Asimismo, los procedimientos legales dependen de las declaraciones de las mujeres esclavizadas y en muchas ocasiones éstas tienen demasiado miedo para testificar, lo que acaba paralizando los procesos [11].
La ley que prohibe el proxenetismo ha sido fácil de esquivar: los proxenetas se han convertido en empresarios hoteleros que alquilan habitaciones a las trabajadoras sexuales.
Se estima que, cada día, 1.2 millones de hombres compran sexo en Alemania. El 18% de los ciudadanos alemanes son consumidores regulares de prostitución y el 80% de ellos han estado alguna vez en un burdel [12].
Se está viendo como crece la perversión entre los hombres compradores de sexo. Las prácticas son cada vez más peligrosas, dándose así un incremento de la violencia contra las mujeres bajo una falta total de protección. A este respecto, se han llevado a cabo una serie de estudios que analizan la violencia en la prostitución:
-El estudio de Zumbek de 2001 en Alemania [previo a la ley] que determinó que el 70% de las prostitutas habían sido agredidas físicamente [13].
-Un estudio realizado por el Ministerio Alemán de la Familia en 2004 concluyó que el 82% de las prostitutas han mencionado haber sufrido violencia psicológica y el 92% han sido agredidas sexualmente.
Solamente teniendo en cuenta estas cifras, ya es difícil decir que la prostitución es un trabajo como otro cualquiera. Y este estudio es de hace más de 10 años — las cosas han empeorado mucho en Alemania.
Esto es lo que la dominatrix Ellen Templin ya había observado en 2007: “Desde la reforma, se puede ver que no sólo los anuncios se han desinhibido, los compradores de sexo se han vuelto más brutales. De un día para otro. Hoy en día si dices “No, yo no hago eso”, muy a menudo te responden “Venga, no seas tan difícil, que es tu trabajo.”
Antes estaba prohibido solicitar sexo sin protección. Hoy los clientes preguntan por teléfono si se pueden hacer pis en tu cara, si pueden hacerlo sin protección, queriendo sexo anal u oral. En la actualidad todo es una ocurrencia diaria. Antes los clientes tenían por lo menos un poco de sentimiento de culpa. Eso ya no existe hoy en día, sólo quieren más y más.” [15]
 http://www.mediavida.com/foro/off-topic/modelo-prostitucion-aleman-esta-creando-infierno-tierra-583969

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