lunes, 31 de julio de 2017

Utilizan fetos humanos como edulcorante

Senomyx es un empresa de Estados Unidos que trabaja en el desarrollo de aditivos para amplificar ciertos sabores y olores de los alimentos utilizando fetos humanos, según informaron varios medios.
Senomyx desarrolla potenciadores del sabor patentados por el uso de “sistemas de ensayo basados ​​en receptores del sabor: células HEK293″. HEK significa células de riñón embrionarias humanas. Estas células originalmente procedían de abortos humanos.
Según informa Mercola.com, “Mientras que Senomyx se niega a revelar los detalles del proceso, sus solicitudes para las patentes indican, de hecho, que parte del secreto implica el uso de células de riñón humano, conocidos como HEK293, procedentes de un bebé abortado.”
Añade Mercola en su informe que “de acuerdo con un informe de la CBS News en junio del 2011, 70 de las 77 patentes de Senomyx8, 9 presentadas en ese momento nombraron el uso de HEK 293.10 Estas son las células embrionarias de riñón originalmente recolectadas de un feto sano, abortado voluntariamente por los años 1970s. El “HEK” identifica las células como células renales, y los “293” indica que las células provienen del experimento 293avo.
Estas células han sido clonadas por décadas, ya que ofrecen una forma fiable de producir nuevas proteínas, mediante alimentos modificados genéticamente. Senomyx ha manipulado las células HEK293, para que funcionen como células receptoras gustativas en los humanos,11 como las  utilizadas presumiblemente por el robot degustativo de Pepsi Co. Esto se hizo mediante el aislamiento de los receptores gustativos encontrados en ciertas células, y añadiéndolas a las células HEK.”
Senomyx colabora con siete de las compañías de alimentos más grandes del mundo. Una de las empresas que trabajaba con ellos: PepsiCo, hace un año se desmarcó de Senomyx tras la dura campaña y boicot a sus productos delos proVidas y de  Children of God for Life.
Senomyx tiene ahora acuerdos, según informa Children of God for Life, con: Cadbury Adams USA( Halls), una división de Kraft Foods, Ajinomoto Co. Inc., Campbell Soup Company , Nestlé SA (sopas Maggi, ketchup, salsas, sopa de fideos instantánea), y The Solae Company, chicles Trident, Dentyne, además de todas las marcas de “Energy Drink”: Agua Aquafina•, Frappuccino, Té Lipton, Propel, SoBe, Gatorade, Fiesta Miranda y Tropicana.
 http://linkis.com/infovaticana.com/201/cbR8A

viernes, 28 de julio de 2017

El aborto favorece el cáncer de mama

La causa de un reciente aumento de los casos de cáncer de mama en las mujeres negras de edad avanza residentes en los Estados Unidos podría estar en la legalización del aborto en 1973, tras la decisión del Tribunal Supremo en el caso Roe.vs Wade.
Así lo asegura Brent Rooney, un investigador volcado en la divulgación del impacto global real del aborto en la sociedad, más allá del hecho evidente de la muerte de millones de seres humanos. Este incremento guarda relación con el aumento de abortos entre las mujeres de raza negra en los Estados Unidos en las últimas dos generaciones. Rooney ha analizado diferentes estudios, partiendo del realizado por el profesor de la Universidad de Harvard, David Williams, en el que se da cuenta del aumento de casos de cáncer en mujeres de color aunque achacado a la discriminación racial o las malas condiciones sociales. El estudio de Williams, publicado en 2016, señala que “las mujeres negras tienen una tasa de mortalidad por cáncer de mama que es dos veces más alta que la que presentan las mujeres blancas entre los 35 y los 44 años, un 70% mayor entre los 45 y los 54 y un 50% superior en edades entre 5 y 64 años”.
“Más abortos = Madres primerizas más mayores = Más mujeres con cáncer de mama”, señala Rooney
Estos resultados contrastan de forma acusada conlos estudios de los años 90 en los que las afroamericanas tenían una tasa de cáncer de mama muy inferior al de las caucásicas. Para Brent Rooney, el cambio de tendencia se debe a que las mujeres negras abortan cuatro veces más que las blancas desde que se legalizara la práctica en 1973. Tal y como señala un estudio realizado por los investigadores Dimitrios Trichopoulos y Brian MacMahon, que hallaron que cada año de retraso en completar por primera vez un embarazo dispara las posibilidades de padecer cáncer de mama entre un 3 y un 5 por ciento. “Esto supone que el riesgo es un 41% más alto si el retraso es de 10 años y un 68% más alto con una demora de 15 años”, señala Rooney a LifeSiteNews, que añade: “Más abortos = Madres primerizas más mayores = Más mujeres con cáncer de mama”. La conclusión puede sonar, de primeras, reduccionista o simple. Pero el hecho que a lo largo de la última década se han publicado 50 estudios sobre aborto y cáncer de mama y sólo uno concluyó que el aborto reduce el cáncer. Este mismo mes se ha publicado uno sobre las mujeres de la República Centroafricana en el que se refleja que aquellas que se han sometido a abortos tienen 5,41 veces más posibilidades de padecer cáncer de mama que las que no han abortado. Los peligros del tejido mamario “inutilizado” Las cifras son elocuentes pero, ¿cuál es la causa médica? Tal y como relata Rooney, la clave está en el momento de desarrollo del tejido de las glándulas mamarias. Estos tejidos existen en una forma inmadura e “indeferenciada” a nivel celular, que tiene un potencial riesgo de desarrollar un cáncer. Con el desarrollo completo del primer hijo, la mayoría de estos tejidos se especializan en células productoras de leche materna, que tienen muchas menos posibilidades de ser cancerosas. Las mujeres caucásicas de edad avanzada solían tener tasas de cáncer de mama más altas que las mujeres negras debido a que antes de 1973 retrasaban su primer hijo más que las mujeres negras. Si las mujeres negras han alcanzado a las blancas en este dramático aumento del cáncer de mama ha sido porque después de 1973 comenzaron a retrasar su primer embarazo a término a través del aborto. 

http://www.actuall.com/vida/genocidio-negro-el-cancer-de-mama-se-dispara-en-las-mujeres-de-color-por-culpa-del-abortoe/

jueves, 27 de julio de 2017

Feministas defienden el aborto de niñas






Wendy Savage
Wendy Savage / Daily Mail
Por su interés reproducimos esta noticia de Religión en Libertad:
En mayo de 2015 una noticia causó estupor en Vietnam y en todo el mundo: una mujer había abortado 18 veces porque su marido quería un varón y siempre venían niñas. Dieciocho mujeres asesinadas para que viva un hombre. ¿Violencia de género? No: “Mi cuerpo es mío”. Las feministas se ven obligadas a callar  aceptar las consecuencias de considerar el aborto un derecho de la mujer.

El caso de esa madre vietnamita es sin duda un caso extremo, pero a otra escala esa situación es muy común: todas las estadísticas que existen al respecto señalan que, cuando el sexo es un factor para el aborto, las más perjudicadas son siempre las niñas. Lo cual para algunas feministas y aborteras no es ningún problema, como recoge Benedetta Frigerio en La Nuova Bussola Quotidiana:
Lo admite también la doctora Wendy Savage, autora de diez mil asesinatos de niños en el vientre de su madre
Se prefiere a los varones sobre las mujeres, que a menudo son abortadas precisamente a causa de su sexo. Lo ha admitido también la doctora Wendy Savage, que no sólo ha llevado a cabo diez mil asesinatos de niños en el vientre de su madre, sino que también es miembro de la comisión ética de la British Medical Association [Asociación Británica de Médicos] y sostiene la licitud de la selección de fetos.
La feminista y abortera Wendy Savage.
Es bien sabido, como admite la feminista Savage en una entrevista concedida al Daily Mail, que para evitar los abortos de las niñas muchos hospitales ingleses comunican el sexo del pequeño sólo cuando el embarazo ya está muy avanzado, o en el momento del parto.
De hecho, el aumento del aborto selectivo, sobre todo en las comunidades inmigrantes de Asia, llevó en 2012 a la denuncia de varios médicos, que quedaron impunes. Sin embargo, este hecho hizo que el gobierno iniciara una investigación, cuyos datos fueron publicados en 2014: faltaban entre 1.400 y 4.700 niñas entre la población inmigrante.
Savage ha admitido que “es su cuerpo [de la mujer] y es su feto” y, por lo tanto, “si una mujer no quiere un feto de un sexo (…), obligarla a seguir con el embarazo no es un bien para el probable niño y tampoco para su salud mental [de la mujer]”.
Asombra que nadie se haya atrevido a pedir la dimisión de la feminista, que habría sido expulsada de cualquier comité ético occidental si se hubiera atrevido a hablar del aborto como de un asesinato.
¿Cómo es posible que las feministas modernas defiendan que se aborte a las niñas y los vientres de alquiler?
Pero lo que debería hacer reflexionar, sobre todo, es que esto suceda en la emancipada patria de las sufragistas, las primeras feministas que surgieron como movimiento en Gran Bretaña en 1872, y que pasaron del derecho al voto a la reivindicación de su autonomía e igualdad en todo y por todo con el hombre, motivo por el cual debían poder vivir, trabajar y obtener cualquier rol social concedido hasta ese momento sólo a los varones.
¿Cómo es posible que las feministas modernas defiendan que se aborte a las niñas y -por qué no-, el vientre de alquiler como decisión consciente, y no económicamente condicionada, de una mujer?
La respuesta está en la coherencia con la premisa de su pensamiento, según el cual “el útero es mío y lo gestiono yo”, aunque sea a costa de acabar con otra vida. Efectivamente, si la libertad de elección de la mujer, prescindiendo de su bondad, es un absoluto (como lo es para la teoría feminista) que va en contra también de la libertad de otro de vivir, ¿dónde está el límite?
Es evidente que el límite no existe, porque si es justo matar a un hijo porque no lo quiero, debe serlo también la eliminación de una mujer si no me gusta.
Y con mayor razón entonces debería ser lícita la fabricación artificial de un hijo, parirlo para luego entregarlo, tal vez a dos hombres que pretenden tenerlo, si así lo deseo. Tal como ha declarado una verdadera feminista como la presidenta de la Cámara de Diputados italiana, Laura Boldrini, el feminismo no es más que el primado de los fuertes sobre los débiles.
Laura Boldrini, presidenta de la Cámara de Diputados italiana y feminista.
Efectivamente, al surgir de una rebelión hacia cualquier tipo de autoridad o ley natural objetiva, la mujer sin límites está destinada a someter a todo el que sea más débil, incluida otra mujer con menos poder que ella (y que en este caso es una niña que es abortada, o una mujer que es utilizada como incubadora y parturienta para realizar las quimeras de otros).
Así, y siempre por el mismo motivo, las feministas que querían gestionar su cuerpo, que no querían ser madres sino asumir papeles masculinos, han obligado a todas las otras mujeres a vivir en sociedades que tal vez las apoyan como directivas, pero no como madres. Y que las consideran meros objetos sexuales, haciendo que el hombre no sienta responsabilidad hacia ellas y, menos aún, hacia sus hijos. Porque, efectivamente, “el útero es mío y lo gestiono yo”.

miércoles, 26 de julio de 2017

Violencia de género homosexual


LGTB

Uno de cada tres homosexuales españoles dice haber maltratado a su pareja del mismo sexo

La primera gran encuesta sobre violencia intragénero denuncia "una realidad escondida". El colectivo LGTBI reclama las mismas medidas de protección que las víctimas de violencia de género.

El mayor estudio sobre violencia intragénero realizado hasta ahora ha preguntado a 900 homosexuales
El mayor estudio sobre violencia intragénero realizado hasta ahora ha preguntado a 900 homosexuales 
El pasado 14 de abril se cumplieron ocho años del primer asesinato en el seno de un matrimonio homosexual en España: Manuel de 34 años murió en Adra (Almería) después de que su marido le asestase al menos una puñalada a la altura del cuello. Ante el trágico aniversario, este Viernes Santo el colectivo LGTB (lesbianas, gays, transexuales y bisexuales) COLEGAS pidió -de nuevo- visibilizar la violencia intragénero, “un gran tabú dentro de nuestra sociedad”. Y tan sólo 48 horas después, otro caso. Pilar (57 años), asesinada a cuchilladas a manos de su novia Ana María (52 años) en el Raval de Barcelona. Un negro episodio que tan sólo muestra la punta del iceberg de “una realidad escondida”: la violencia entre parejas del mismo sexo.
El buzón de Ana María y Pilar en el 8 del Pasaje de San Bernat del barrio del Raval.
El buzón de Ana María y Pilar en el 8 del Pasaje de San Bernat del barrio del Raval. 
Una lacra que afecta a una de cada tres parejas de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales en España, según el mayor estudio sobre violencia intragénero elaborado hasta la fecha y a cuyos resultados ha tenido acceso EL ESPAÑOL. Del informe realizado por la asociación COGAM, que tiene como muestra 900 personas LGTBI -de las cuales el 95% son residentes en España-, se desprende que el 30% de homosexuales reconoce haber ejercido violencia contra su pareja del mismo sexo. Los hombres que admiten haber tenido relaciones de pareja en las que ha habido este tipo de violencia son el 26,56%, mientras que las mujeres son el 33,85%. Según un estudio de la Unión Europea, el 22% de las mujeres españolas mayores de de 15 años han sido víctimas de violencia física o sexual durante su relación heterosexual.
Es una realidad que no se está visibilizando. Hay muy pocas denuncias porque la comunidad LGTBI tiene miedo a denunciar: no hay protección. No hay un 016 al que llamar”, explica a este diario Isabel González, psicóloga forense y autora del estudio que será presentado completo en las próximas semanas. Un trabajo que se ha nutrido a su vez de informes anteriores y tesis anteriores como la de  Antonio Ortega, que evaluó a 1.475 hombres gays españoles.
En cuanto al perfil de los encuestados, el 50% de ellos tiene una edad comprendida entre los 20 y 30 años y uno de cada dos dispone de estudios superiores (grado o posgrado). Además, el 82% de los 900 encuestados reconoce haber vivido situaciones homófobas. En cuanto al tiempo que permanecen en la relación sentimental en la que se ha ejercido la violencia -en la mayoría de casos predomina la psicológica frente a la física-, el 80% asegura que oscila entre uno y tres años, tal y como se desprende de las cifras consultadas.
El estudio pionero en nuestro país también explica que un 84% ha intentado romper la relación una vez se ha ejercido la violencia. “Hay una mayor concienciación entre el colectivo LGTBI, aguantan menos que las mujeres que son víctimas de la violencia de género”, analiza la autora del estudio de COGAM. Sin embargo, los datos también arrojan un dato “preocupante”: el 16% de las víctimas de violencia intragénero decide continuar la relación. “Los motivos que alegan para haber continuado en esta relación son en su mayoría dependencia, miedo a las consecuencias y amor y los síntomas que han tenido han sido ansiedad o angustia, ganas de llorar sin motivo y tristeza pensando que no valían nada”, asegura.

¿MODIFICAR LA LEY O UNA NUEVA?

Ante esta “realidad escondida” asociaciones de gays y lesbianas han vuelto a alzar la voz para pedir que se equipare la violencia intragénero con la de género. En la actualidad, la ley de Violencia de Género de 2004 se refiere a la violencia -física o psicológica- que sufre la mujer en el seno de la pareja por parte del varón, mientras que la ley de Violencia Doméstica de 2003 versa sobre la que sufre el varón por parte de su cónyuge, excónyuge, padres o hijos o la mujer por parte de sus padres o hijos.
Así, ¿los colectivos LGTB son partidarios de modificar la ley integral de José Luis Rodríguez Zapatero para incluir este tipo de violencia o prefieren una nueva legislación? Desde COGAM prefieren hablar de una nueva legislación impulsada de manera urgente que abarque la violencia en parejas homosexuales. En la misma línea, desde COLEGASexigen que la violencia intragénero entre parejas de gays y lesbianas no siga considerándose como doméstica y “de segunda categoría” por más tiempo. “Exigimos las mismas medidas y recursos que actualmente son ofrecidos a las mujeres víctimas de la violencia de género”, afirma el presidente de esta asociación LGTBI, Paco Ramírez. “Ni más ni menos. No queremos estar más tiempo discriminados y desprotegidos”, añade.
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