Llevo toda la semana sin poder poner la televisión porque en todos los canales me salen con la bobada esta de la huelga del día ocho de marzo, por el día de la mujer trabajadora. Me parecería estupendo si se produjera en los países árabes o al menos en África, pero no en el mundo desarrollado donde los derechos de las mujeres están más que garantizados. Incluso existe la discriminación positiva que, como todas ellas, es totalmente injusta. Y lo digo yo que soy mujer pero todavía no me han sorbido el cerebro con el famoso victimismo.
Y empiezo con lo de siempre de la brecha salarial, que no se produce porque sería ilegal: Lo que no se puede evitar es que haya más médicos hombres y más enfermeras mujeres y que no cobren lo mismo, y como eso todo. Las mujeres preferimos profesiones menos remuneradas para tener más tiempo con la familia y eso no tiene nada de malo. En cuanto al maltrato, el que existe se ve sepultado por las miles de denuncias falsas que no hacen más que perjudicar a las verdaderas víctimas. Pero lo que de verdad sucede es que las feministas actuales no quieren ser iguales a los hombres, quieren estar por encima.
Y aunque no fuera así, sólo con su aspecto y sus actitudes se definen como unas mujeres amargadas y egoístas que no nos representan en absoluto a la mayoría.
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