Lo llamativo del caso es que quien así se pronuncia no es heterosexual, sino lesbiana y además una destacada activista dedicada a defender el bisexualismo. Es conocida por haber argumentado a favor de las tesis de Género en libros como Fluidez sexual: Entendimiento del amor y el deseo de las mujeres.
La psicóloga clínica Laura A. Haynes ha resumido los capítulos de la doctora Diamond en el manual de la APA, así como su libro y conferencias de YouTube. “La batalla por desmentir la idea de que ‘se nace gay y no se puede cambiar’ ya terminó, y la doctora Diamond insta a los activistas LGBT a parar de promover ese mito”.
Y es que la APA reconoció en 2011 que no es verdad el argumento clásico empleado por el movimiento homosexualista de que se nace gay y esa identidad no se puede cambiar. La doctora Diamond resumió estas conclusiones en una conferencia en la Universidad de Cornell (2013): la orientación sexual -incluyendo la atracción, el comportamiento y la identidad propia- no es definitiva tanto para adolescentes como para adultos, y para ambos sexos.
Por supuesto, estas conclusiones echan abajo todo el edificio ideológico inscrito en las leyes recientes promovidas por el lobby gay en varios estados de EEUU que prohíben la “terapia de reorientación sexual”, que busca ayudar a cambiar a los pacientes que sienten atracción por el mismo sexo.
La mencionada justificación de las leyes contra terapias de reorientación sexual es que cualquier persona que experimenta atracción hacia su mismo sexo no sólo es gay y nació gay, sino que su homosexualidad es inmutable y entonces se argumenta que la “terapia de reorientación sexual”, no sólo es infructuosa, sino cruel . “No puedes cambiar lo que eres”, sostiene el lobby.
Los baños de género
Por su parte, el padre Johannes Jacobse, fundador del Instituto Ortodoxo Estadounidense, calificó la “corrección de rumbo” de la doctora Diamond de un “giro asombroso” ante la clásica justificación gay. “El deseo de la sexualidad es fluido, el deseo homosexual no es algo muy arraigado, y el ‘se nace gay’ y el ‘no se puede cambiar’ es un mito; el argumento ‘nacen de esa forma’ es político, no científico; la orientación sexual está sujeta al cambio.“Si una persona siente deseo homosexual y desea cambiar a la heterosexualidad, existe abundante evidencia de que tal cambio puede de hecho ser posible”“La idea de que lo que una persona siente define quién es falsa”, sostiene el padre Jacobse. “Si una persona siente el deseo homosexual, esto no significa que naciera homosexual. Si una persona decide participar en comportamientos homosexuales, esa decisión se toma con total libertad, incluso si ese no es el deseo. Si una persona siente deseo homosexual y desea cambiar a una heterosexualidad, existe abundante evidencia de que tal cambio puede de hecho ser posible”.
Por otro lado, el sacerdote Mark señaló que esta revelación “tiene muy serias repercusiones en acciones políticas de los últimos años, básicamente, invalidan cualquier acercamiento a la ciencia para justificar la reciente legislación en áreas de sexualidad, como el reconocimiento del matrimonio ‘homosexual’, la imposición de acceso a los baños basado en la ‘auto-identificación o ‘sentimientos’ sobre su sexo y la restricción de la libertad de elección para opciones terapéuticas, en especial para los menores, en áreas de atracción hacia el mismo sexo no deseada o confusión sexual o disforia”.
El P. Jacobse señala que la doctora Diamond y la admisión de la APA “deja sin argumento a los defensores de la homosexualidad que argumentan que la homosexualidad se desarrolla en una persona de la misma manera que la heterosexualidad. El ‘se nace gay’ no va a funcionar nunca más”.
Los terapeutas, disuadidos
Según Jacobse, “el deseo sexual se basa en algo más que la genética y las preguntas acerca de cuáles son los límites apropiados y necesarios en relación con la sexualidad humana -el área de la ley natural, la moral y la religión- son muy importantes en la formación de nuestras ideas acerca de la realización personal y social”.Una de las consecuencias de la investigación de la doctora Diamond es que los terapeutas pueden ayudar a los que quieren dejar de sentirse atraídos por el mismo sexoEl padre Jacobse asegura que las consecuencias de la investigación de la doctora Diamond significan que los terapeutas pueden ayudar a los que quieren ser libres de la atracción por el mismo sexo no deseada. “Se debe prestar mayor atención a la persona que puede experimentar deseo homosexual y quiere cambiar”.
“Anteriormente, los terapeutas fueron disuadidos de ayudar a pacientes que intentaban cambiar de una orientación homosexual hacia una heterosexualidad natural bajo la rúbrica de la ideología de ‘se nace gay’. Estados Unidos incluso participó en la prohibición de la ‘terapia reparativa’ entre otros enfoques en respuesta al activismo homosexual”.
“La verdad es que las personas cambian todo el tiempo, y los terapeutas que tienen una predisposición ideológica hacia la homosexualidad deben ser excluidos de tratar a pacientes que no la tienen, en vez de persuadir al paciente de que el cambio es de alguna forma anti-natural”.
http://www.actuall.com/familia/una-destacada-investigadora-de-psicologia-desmiente-el-mito-de-se-nace-gay/
He leido con atención y sigue sin convencerme. El que nace homosexual, homosexual se muere, sin más.
ResponderEliminarCuando tenía 6 años me enamoré tremendamente de una niña de mi clase y no tenía ni idea de lo que era el amor hasta que enamoré...y ese enamoramiento me duró dos años.
Cuando una persona nace homosexual debo de decir sinceramente que no tiene salvación. Sin embargo sí pienso en personas que son homosexuales sin serlo pero eso es cosa mas bién de jilipollas.
Cada persona es un mundo eso es indiscutible pero el que nace homosexsual tengo que asegurarte que sera maricon o lesbiana por muchas terapias que hallan.
Este artículo se refiere más bien a los jilipollas, Un beso.
EliminarNo se si el Gay nace o se hace, lo que si me parece, y no es por que soy mayor, es una barbaridad. Sálvese quien pueda.
ResponderEliminarUn beso
A mí también me lo parece. Un beso.
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