Tras siete meses en el vientre de su madre ella le abortó, pero logró salvarse
Almudena Martínez-Bordiú
28 noviembre, 2015
“Una decisión tomada en un momento puede tener una gran repercusión en mucha gente, en su vida y, también en su muerte”, reflexiona esta activista por los derechos humanos del no nacido. La verdad que le llevó a ser testigo Tenía catorce años cuando supo que era una sobreviviente. Sus padres no tenían intención de que lo supiera pero la verdad salió a la luz a raíz del embarazo inesperado de su hermana mayor. “Le estaré siempre agradecida porque, a pesar de su juventud y del trauma que imagino supondría en su vida de adolescente, tuvo el valor de contárselo a nuestros padres venciendo sus miedos y preocupaciones y, fue entonces, cuando decidieron explicarme la verdad sobre mi vida y supervivencia”, dice Melissa. Esa misma noche, su madre pronunció las palabras que han cambiado para siempre la vida y el mundo de esta mujer: «Tu madre biológica tuvo un aborto durante su embarazo y tú sobreviviste a él». Entonces no podía tener noción del por qué. Pero la fe y su natural resiliencia obraron en ella lo sano hasta permitirle agradecer a Dios el tener, dice, una particular misión…
“Cuando ocurre algo tan grande como es la supervivencia a un aborto, no existen ya zonas grises o borrosas que dificulten la percepción sobre aquello en lo que se debe centrar la atención”. En el asesinato de un no nacido perpetrado mediante inyección de una solución salina, el bebé es explícitamente quemado. El líquido amniótico que protege al bebé se extrae, inyectándose en su lugar una solución salina concentrada. El bebé ingiere esta solución que le producirá la muerte 12 horas más tarde por envenenamiento, deshidratación, hemorragia del cerebro y de otros órganos y convulsiones. Esta solución salina produce dolorosas quemaduras graves en la piel del bebé. Unas horas más tarde, la madre comienza “el parto” y da a luz un bebé muerto o casi muerto… como fue el caso de Melissa Al final solo queda el amor
“No guardo ningún rencor hacia mis padres biológicos por haber intentado abortarme, ni siento resentimiento… y a pesar de que a veces ha sido difícil de llevar, he encontrado un sentido y un gran gozo en el sufrimiento que he padecido. Esto es lo que ha querido Dios para mí y debo integrarlo en mi vida. Soy la que soy y no puedo renunciar a lo que mi vida representa… Soy una persona religiosa, cierto. Cuando me doy cuenta de que no hay razón médica alguna por la que sobreviví y que estoy perfectamente sana, cuando veo todas las cosas que Dios ha obrado en mi vida, le estoy profundamente agradecida y le sigo dando gracias a diario por todo lo que continuamente me va regalando. Ciertamente, desde una perspectiva religiosa, entendemos que es Dios quien nos da la vida y nosotros no somos quiénes para decidir si esta vida merece o no ser vivida; aun así, terminar con la vida de un ser humano debería ser una preocupación de cualquier persona en este mundo, religiosa o no”. Portaluz
http://infovaticana.com/2015/11/28/tras-siete-meses-en-el-vientre-de-su-madre-ella-le-aborto-pero-logro-salvarse/
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