“Obras todas del Señor, bendecid al Señor, cantadle, exaltadle eternamente.” – (Daniel 3,57)
En 1967 Thérèse Dion la madre de trece hijos sufrió al enterarse que
estaba de nuevo embarazada. Su familia era pobre y numerosa, ella no
quería tener más hijos, fue por eso que angustiada acudió al sacerdote
de su confianza y le hizo saber que estaba considerando abortar.
El sacerdote católico le respondió que ella no debía acabar con una vida que no le pertenecía, que no tenía derecho a ir en contra de la naturaleza y sobretodo no podía ir en contra de la voluntad de Dios.
Fue así como el 30 de marzo de 1968 nació Celine Dion, la más pequeña
de 14 hermanos y dueña de una espectacular voz que la llevó a ser una
de las más grandes estrellas femeninas en el mundo de la música.
“Tengo 13 hermanos, y yo soy la última, el accidente… tengo
que admitir, que le debo la vida a aquel sacerdote… apenas mi madre se
recuperó del desánimo, no perdió un solo minuto en auto-compadecerse, y
me amó tan apasionadamente como había amado a todos” – dijo Celine durante en una entrevista realizada en el 2001.
La vida de Celine Dion al igual que la de Beethoven, fue concebida
bajo circunstancias desfavorables, en ambos testimonios hubo muchos
hermanos, pobreza y una madre desesperada. El nacimiento de los dos
músicos nunca fue deseado. Finalmente en el peor momento de crisis,
ambas madres se dieron cuenta que tenían otra opción y decidieron llevar
a término su embarazo.
Gracias a esa valiente decisión, la humanidad pudo atesorar nueve
sinfonías, unas maravillosas obras de arte compuestas por Beethoven.
Asimismo en la actualidad podemos disfrutar de otras preciosísimas
canciones interpretadas por Celine Dion, tales como: “Because You Loved
Me” o “My Heart Will Go On”, el tema de la película Titanic, que narra
la historia romántica de dos jóvenes que a pesar de las circunstancias,
también se decidieron por el amor.
Cada ser humano posee un valor infinito con potencialidades
asombrosas y Celine Dion es testimonio viviente ante millones de
personas de que la voluntad de Dios siempre es buena, perfecta y
agradable. Pero, en esta historia no solamente se ve involucrada la voluntad de Dios, sino también la voluntad de Thérèse.
Debemos tener presente que cuando una mujer toma la decisión de
abortar, generalmente lo hace sumergida en un estado de crisis, el cual
no le permite analizar su problema y valorar otras alternativas
posibles. Si la madre de Celine hubiese cometido el aborto, este sería
considerado un aborto por causas socio-económicas. Es decir, un aborto
por causa de la pobreza y las estructuras sociales apremiantes. Es por
esta razón que el aborto también es un fracaso colectivo, pues es
síntoma de una sociedad enferma que le ha dado la espalda a la mujer
frente a un embarazo inesperado o en dificultad.
Sin embargo, las personas tenemos la capacidad de trascender nuestras
limitantes, podemos superar cualquier condicionamiento externo con un
cambio de actitud ante los problemas. Viktor Frankl, un neurólogo y
psiquiatra que fue prisionero de un campo de concentración nazi en
Auschwitz, afirmaba que: “Al hombre se le puede arrebatar todo, salvo
una cosa: la última de las libertades humanas –la elección de la actitud
personal ante un conjunto de circunstancias para decidir su propio
camino–”. Entonces, elegir dejando atrás los condicionamientos, es un
acto que nos humaniza, pues hemos sido capaces de decidir libremente
trascendiendo las dificultades.
Aunque, la libertad implica la posibilidad de elegir entre el bien y
el mal, los cristianos sabemos que la libertad humana alcanza su
perfección cuando está ordenada a Dios. La voluntad de Thérèse en
armonía con la voluntad de Dios, dieron al mundo un maravilloso regalo:
la vida de Celine Dion. Así también tus decisiones acorde a la voluntad
de Dios siempre traerán perfectos resultados.
No olvidemos que el miedo y los problemas son realidades momentáneas que pueden cambiar en un instante, pero la vida humana es única e irremplazable,
por eso es tan cierto cuando usualmente decimos que todo tiene solución
menos la muerte, ya que al perder una vida humana no podemos
recuperarla.
Madre Teresa de Calcuta entendía esto último muy bien, cuando le
preguntaron si no consideraba que hay demasiados niños en la India, ella
respondió: “¿Piensa usted que hay demasiadas flores en el campo?
¿Demasiadas estrellas en el cielo? Mire a esta niña, es portadora de la
vida; ¿No es una maravilla? ¿Cómo no quererla?”.
Ahora, respecto al caso de Thérèse, ¿Cuántos hermanos son realmente
“demasiados” hijos? Miren a Celine Dion, es portadora de la vida ¿No es
una maravilla? ¿Cómo no quererla?.
Sara Larin
Artículo originalmente publicado por Católicos con Acción
http://es.aleteia.org/2015/11/13/celine-dion-le-debo-mi-vida-a-aquel-sacerdote/
Suerte que no lo hizo, así puede el mundo escuchar su magnifica voz.
ResponderEliminarEso también le ocurrió a la madre del músico Beethoven...
Un beso
Es cierto. Un beso.
EliminarCuantos fenómenos se pierden por culpa de un aborto o de una guerra...A cuanta gente aesinan siendo desconocidos en su genialidad...Cuantas vidas podrían haber salvado muchísimas mas vidas antes de ser asesinadas.
ResponderEliminarNunca lo sabremos. Un beso.
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