La obsesión por el sexo: en lugar de combatir el ‘chemsex’, el Gobierno subvenciona cómo practicarlo
La Federación de LGTB lanza una campaña basada en “preservativos y lubricante, jeringuillas nuevas, no compartir el rulo y dividir los gramos” para poder salir airoso de un ‘chemsex’, una maratón de sexo y drogas de alto riesgo. El Ministerio de Sanidad pone el dinero
“Adquisición de ITS; graves
consecuencias para la salud; riesgo de muerte por sobredosis; efectos
secundarios graves; pérdida de empleo; rendimiento académico reducido; e
incluso abusos sexuales y violaciones”. Estos son algunos de los
riesgos a que se expone quien participa en una sesión de ‘chemsex’, una maratón sexual con consumo de drogas de alto riesgo en las que, mayoritariamente, participa el colectivo gay.
Así lo reconoce en su web la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), que acaba de lanzar una campaña en la que da consejos sobre cómo “disfrutar del sexo y reducir riesgos” en una sesión de ‘chemsex’ (chemical sex, sexo químico), la nueva y peligrosa moda del ambiente gay.
Todo ello con el beneplácito del Gobierno español que, lejos de recomendar que se eviten al máximo este tipo de prácticas, subvenciona a través del Ministerio de Sanidad la iniciativa LGTB, en la que “Una APP te ayudará a decidir con quién, pero no cómo. Disfruta del sexo, reduce riesgos. #SafeChemSex”, como titula la campaña.
¿Te apuntas?
En el vídeo de 47 segundos contenido en la
campaña se puede ver a un hombre, supuestamente gay, que atiende en su
Smartphone la llamada a participar en una sesión ‘chemsex’.
¿Te apuntas?, le sugiere la APP en la que
se ven algunas escenas propias de este tipo de orgias con drogas. Una
vez decidido, la respuesta: “te has unido a la sesión”, y mientras baja las escaleras para dirigirse al lugar donde se celebra, el “checklist” que aparece en la pantalla del móvil con las recomendaciones y aceptación de condiciones:
- Espaciar las sesiones
- Conozco las características de las sustancias
- Conozco las mezclas
- Espaciar las dosis en la fiesta
- Dividir los gramos
- No compartir el rulo (billete enrollado o tubito para esnifar)
- Jeringuillas nuevas uso individual
- Preservativos y lubricante
El joven da el OK y la APP le da las
“gracias por unirte” a la sesión de ‘chemsex’, en la que “las relaciones
sexuales tienen lugar bajo la influencia de sustancias tales como
metanfetamina, mefedrona y GHB, entre otras, tomadas previamente y/o
durante la sesión sexual”.
“Mientras una orgía no implica
necesariamente el consumo de drogas, la idea de ‘sesión’ acentúa la
prolongación de las relaciones sexuales en el tiempo mediante el uso de
determinadas sustancias”, añade la información de la campaña.
Riesgo de muerte, abusos sexuales y violaciones
Pero, ¿cuáles son los riesgos de participar en estas sesiones de sexo duro y drogas peligrosas “entre hombres en sesiones de larga duración que pueden prolongarse durante horas y días”,
como reconocen en la web de la FELGTB?; y en las que lo más habitual es
no utilizar ningún tipo de protección, gracias a la desinhibición que
facilita el consumo de drogas.
La propia campaña, subvencionada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, lo aclara:
En cuanto a la vida sexual, “se incrementa el riesgo de adquisición de ITS
(es decir de infecciones de transmisión sexual); se incrementa el
riesgo de desarrollar una acción de naturaleza sexual; pérdida de
interés por las prácticas sexuales en las que no se utilizan sustancias;
y abusos sexuales y violaciones”.
Además, en el terreno de la salud, advierten sobre el “consumo diario con graves consecuencias para la salud; riesgo de muerte por sobredosis;
efectos secundarios graves en el sistema cognitivo y en las conexiones
cerebrales; y desarrollo de trastornos adictivos crónicos”.
Desde una perspectiva de impacto en la
vida social, se advierte de que, con la práctica del ‘chemsex’, hay
riesgo de tener “problemas en la economía personal; pérdida de empleo; rendimiento académico reducido; abandono o reducción drástica de otras formas de ocio; problemas legales; y estigmatización”.
A la vista de todo ello, cabe preguntarse cómo es posible que desde el Ministerio de Sanidad (¿sanidad?) se subvencione una campaña como esta con dinero público que, aun advirtiendo de los riesgos, no deja de ser una invitación a participar en esas peligrosas sesiones de ‘chemsex’.
Lo lógico, desde todo punto de vista,
sería que una campaña subvencionada por el Gobierno estuviera dirigida a
persuadir a la población para que no participe en este tipo de graves
prácticas de riesgo.
Aumento de las ITS, sobre todo entre gays
Unas prácticas de riesgo que conllevan el incremento de las ITS, como el VIH, la hepatitis B y C, la sífilis o la gonorrea, especialmente entre el colectivo de gays.
Cabe recordar que, por ejemplo, cada día se infectan dos personas por el VIH en Cataluña,
y estos nuevos casos se concentran especialmente en grupos de hombres
que tienen sexo con otros hombres y con múltiples parejas, y sin
utilizar preservativo.
De hecho, la promiscuidad entre gays es la causa del incremento de infecciones por virus del sida en España, como advertía recientemente en su web BCN Checkpoint.
El director de este centro de detección y
asesoramiento, Ferran Pujol, hacía la siguiente consideración ante los
riesgos que conllevan las sesiones de ‘chemsex’: “hemos de empezar por ellos, como han hecho en San Francisco y París para intentar frenar el VIH”.
Y es que cada año hay 800 nuevos
infectados en Cataluña y en la última década el número de casos por
contagio de VIH se ha incrementado un 129%. “No está en absoluto bajo control”, sentencia Pujol en declaraciones a La Vanguardia.
Ante este escenario, hay que recordar que el fomento o la pasividad ante estas conductas de riesgo conlleva un gasto sanitario a costa del dinero público
que podría reducirse en gran medida con campañas realistas que
insistieran en las graves consecuencias que puede acarrear participar en
esas sesiones de ‘chemsex’.
No hay comentarios:
Publicar un comentario