Es además, según el Fondo Monetario Internacional, la décima economía del mundo y la duodécima en renta per cápita, según el Banco Mundial. Es a los ojos del mundo un país próspero regido por un político joven y moderno, el liberal Justin Trudeau (45 años).
Trudeau se ha empeñado en hacer un rediseño social del país cuyas consecuencias serán (y están siendo) nefastas para Canadá. Los ejemplos abarcan desde la salud a los símbolos nacionales pasando por el sentido común que debería regir en un país. Unas políticas que además se ven avaladas por un sistema judicial igualmente infectado por estas ideologías.
Uno de los ejemplos que mejor refleja el sometimiento de un país como Canadá a la ideología de género es el hecho que el Gobierno de Trudeau haya accedido a cambiar la letra del himno nacional para sea de “género neutro” y así no discrimine a ninguna persona.
Canadá no se puede únicamente convertir en un país peligroso para las mascotas sino también para sus propios habitantes pues el gobierno canadiense ha preparado una ley de suicidio asistido de las más radicales del mundoPero Canadá no se puede únicamente convertir en un país peligroso para las mascotas sino también para sus propios habitantes pues el gobierno canadiense ha preparado una ley de suicidio asistido de las más radicales del mundo.
Una ley que no considera que el suicidio asistido y la eutanasia sean una mala praxis médica por lo que no contempla la objeción de conciencia para los médicos que se opongan a ayudar a matar a un paciente traicionando así el juramento hipocrático que hicieron.
Y como ocurre siempre en asuntos como la eutanasia lo que se legisla supuestamente para casos muy concretos rápidamente se acaba ampliando hasta generalizarse. Y es lo que en Canadá pretende hacer Unicef, la autodenominada ONG de los niños, que ha pedido que los menores que la organización considera “maduros” puedan ser también beneficiarios de este tipo de muerte.
Y si en Canadá uno logra nacer y no caer enfermo debe tener cuidado para no dar con sus huesos en la cárcel si se le ocurre cuestionar la dictadura de la ideología de género.Y si en Canadá uno logra nacer y no caer enfermo debe tener cuidado para no dar con sus huesos en la cárcel si se le ocurre cuestionar la dictadura de la ideología de género.
El primer ministro Justin Trudeau ha anunciado una reforma del Código Penal para que se prohíba criticar la transexualidad a pesar de las numerosas evidencias médicas y científicas que alertan de los efectos del ‘cambio de sexo’ y que se traduce en un alto porcentaje de depresiones y suicidios. Hasta tres años de cárcel contempla el proyecto que prepara el liberal canadiense.
Esta persecución auspiciada por el lobby LGTB tiene ya otro precedente en el país. Entre las leyes de Canadá existe ya una en que tampoco permite las críticas a la homosexualidad y que se ha cobrado algunas víctimas. Es el caso de un predicador que fue condenado en 2013 por el Tribunal Supremo por distribuir panfletos en el que censuraba las prácticas homosexuales.
http://www.actuall.com/criterio/familia/canada-la-autodestruccion-pais-quiere-la-vanguardia-la-modernidad/
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