Publicado por Infant and Child Development
Nuevo estudio demuestra que la preferencia de niños y niñas por determinados juguetes es biológica
Otro nuevo estudio científico ha puesto en
entredicho la «ideología de género» al demostrar que las preferencias de
ambos grupos no son resultado del entorno o la educación, sino que son
intrínsecas a cada sexo.
(Actuall/InfoCatólica) Un nuevo estudio publicado por Infant and Child Development confirma que las diferencias entre niños y niñas son biológicas y no fluidas,
como dicen las teorías transgénero. Las preferencias de ambos grupos no
son resultado del entorno o la educación, sino que son intrínsecas a
cada sexo.
Durante la campaña de Navidad, y de cara a la fiesta de los Reyes Magos, algunos grupos de personas con una marcada tendencia ideológica, e incluso equipos de gobierno, como en el caso del Ayuntamiento de Madrid, iniciaron un bombardeo por las redes sociales contra los juguetes sexistas.
La teoría que se encuentra de fondo de este tipo de campañas es la ideología de género, y la afirmación de que todos los niños, niños y niñas, son iguales y que la tendencia a jugar con determinados juguetes viene impuesto por la educación que reciben y su entorno, obviando las cuestiones biológicas. Es decir, que el sexo es una construcción social.
Aunque como suele suceder en las ideologías, luego llega la ciencia y desmonta el chiringuito. Recientemente se acaba de publicar un estudio por parte del Infant and Child Development que vuelve a confirmar que las diferencias entre los niños y las niñas no son fluidas, como arguyen las teorías transgénero, sino que son biológicas.
El estudio concluye que no es la educación que reciben los niños ni el entorno lo que muestra las preferencias de los niños y las niñas a la hora de escoger con qué juguetes jugar, sino que la elección depende de aspectos más intrínsecos al propio niño.
Para este informe se realizaron 16 estudios que contaron con la presencia de 787 niños y 813 niñas. Tras el estudios los investigadores concluyeron que «los niños jugaron con juguetes para niños, más que las niñas; y que las niñas jugaron más con juguetes para niñas, más que los niños».
Según el informe, «no hubo diferencia pese a la presencia de un adulto, los contextos del estudio, la localización geográfica del estudio, la fecha de la publicación, la edad de los niños o la inclusión de juguetes de género neutro», lo que deja bastante claro que el contexto no es un elemento distintivo.
En esa misma línea se ha manifestado el conocido pediatra suizo Remo H. Largo en una entrevista concedida a El Confidencial. El pediatra ha afirmado que según su experiencia y sus estudios, las diferencias entre niños y niñas son bastante claras. Incluso al jugar con un mismo objeto -él hizo un experimento con un hornillo y los niños intentan comprobar cómo funcionaba mientras las niñas jugaban a cocinar con él-, se perciben diferencias.
Durante la campaña de Navidad, y de cara a la fiesta de los Reyes Magos, algunos grupos de personas con una marcada tendencia ideológica, e incluso equipos de gobierno, como en el caso del Ayuntamiento de Madrid, iniciaron un bombardeo por las redes sociales contra los juguetes sexistas.
La teoría que se encuentra de fondo de este tipo de campañas es la ideología de género, y la afirmación de que todos los niños, niños y niñas, son iguales y que la tendencia a jugar con determinados juguetes viene impuesto por la educación que reciben y su entorno, obviando las cuestiones biológicas. Es decir, que el sexo es una construcción social.
Aunque como suele suceder en las ideologías, luego llega la ciencia y desmonta el chiringuito. Recientemente se acaba de publicar un estudio por parte del Infant and Child Development que vuelve a confirmar que las diferencias entre los niños y las niñas no son fluidas, como arguyen las teorías transgénero, sino que son biológicas.
El estudio concluye que no es la educación que reciben los niños ni el entorno lo que muestra las preferencias de los niños y las niñas a la hora de escoger con qué juguetes jugar, sino que la elección depende de aspectos más intrínsecos al propio niño.
Para este informe se realizaron 16 estudios que contaron con la presencia de 787 niños y 813 niñas. Tras el estudios los investigadores concluyeron que «los niños jugaron con juguetes para niños, más que las niñas; y que las niñas jugaron más con juguetes para niñas, más que los niños».
Según el informe, «no hubo diferencia pese a la presencia de un adulto, los contextos del estudio, la localización geográfica del estudio, la fecha de la publicación, la edad de los niños o la inclusión de juguetes de género neutro», lo que deja bastante claro que el contexto no es un elemento distintivo.
«La consistencia al encontrar diferencias entre los sexos en la elección de los niños de juguetes adecuados a su género muestra la fuerza de este fenómeno y la probabilidad de que tenga un origen biológico», ha concluido el estudio.El estudio no niega que la influencia social también afecte, de manera que si los adultos obligan a jugar a los niños con juguetes más adecuados al otro sexo, están así forzando una inclinación natural de los niños y niñas a jugar con los juguetes que les son más propios.
En esa misma línea se ha manifestado el conocido pediatra suizo Remo H. Largo en una entrevista concedida a El Confidencial. El pediatra ha afirmado que según su experiencia y sus estudios, las diferencias entre niños y niñas son bastante claras. Incluso al jugar con un mismo objeto -él hizo un experimento con un hornillo y los niños intentan comprobar cómo funcionaba mientras las niñas jugaban a cocinar con él-, se perciben diferencias.
«Los grupos de niños observan más las fortalezas de sus congéneres, quién corre más rápido, quién puede subir a un árbol, quién puede hacer el coche más grande con piezas de lego, y los grupos de niñas muestran sin embargo una jerarquía plana que se rige por criterios sociales», ha afirmado Remo. H. Largo.http://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=31643
«Educar en la igualdad, darle muñecas a los niños y coches a las niñas, no funciona», ha concluido el pediatra suizo.
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